Recientes estudios han revelado que los chinos produjeron cerveza de arroz hace unos 10,000 años, mucho antes de lo que se pensaba.

Esta bebida ancestral, conocida como jiu, es considerada una de las primeras formas de fermentación en la historia humana.

Según investigaciones arqueológicas, el arroz fermentado no solo era una fuente energética, sino también un ritual sagrado en diversas civilizaciones de la antigua China.

Este descubrimiento pone en perspectiva cómo la cerveza, aunque comúnmente asociada con las culturas europeas, tiene profundas raíces asiáticas.

En los últimos años, expertos han estudiado fragmentos de cerámica y residuos orgánicos encontrados en excavaciones de la región de Henan, revelando la existencia de la fermentación de arroz hace milenios.

La evolución de esta práctica da cuenta de la sofisticación de las civilizaciones chinas en términos de la biotecnología de su época, sugiriendo un profundo conocimiento de las técnicas de fermentación.

Aunque los ingredientes y el proceso de producción eran diferentes al de las cervezas modernas, la idea de fermentar cereales o granos para obtener bebidas alcohólicas es una tradición que ha perdurado a lo largo de la historia de la humanidad.

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Hoy, la cerveza de arroz sigue siendo popular en varias regiones de Asia, y su legado histórico demuestra el ingenio de las primeras sociedades humanas en la creación de bebidas fermentadas.

Si bien la cerveza que los chinos produjeron no era igual a las que conocemos hoy en día, su invención sentó las bases de la fermentación alcohólica, un proceso que seguiría evolucionando y que, eventualmente, sería una de las bebidas más consumidas del mundo.

National Geographic