Tras una larga noche de copas, la mayoría termina abrazada el inodoro y para acabar expulsándolo todo con objeto de sentirse mejor. Pero, ¿por qué pasa esto?

Según un comunicado de la Universidad de Texas en Dallas, el vómito puede ocurrir precisamente porque el alcohol es en realidad un irritante gástrico y puede, por tanto, alterar nuestro estómago.

Según un informe de la Universidad Estatal de Colorado, el acto de vomitar es el final de una serie de eventos. 

La primera etapa es la náusea, que está vinculada a una disminución de nuestra motilidad gástrica o contracciones de los músculos gástricos lisos en el estómago y un aumento en el tono de la pared del músculo en el intestino delgado.

Después de las náuseas vienen las arcadas, que son esencialmente espasmos respiratorios. La mayor parte del estómago se contrae y otras áreas, se relajan.

Entonces tiene lugar el acto de vomitar, que es cuando los contenidos del intestino delgado se propulsan hasta la boca y salen expulsados del organismo.

La Universidad de Michigan recomienda esperar varias horas antes de comer. Y al beber agua, lo mejor es ingerir pequeñas cantidades o masticar trozos de hielo cada 15 minutos durante aproximadamente 4 horas.

Después de este tiempo podemos empezar a tomar alimentos suaves como plátano, arroz o yogur.

Por último, recuerda que no hay un consumo seguro de alcohol y que, además de los vómitos y la irritación del sistema digestivo, su consumo puede provocar graves problemas de salud.

¡Evita el exceso

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