La próxima vez que termines de hacer ejercicio y se te antoje una cheve, ¡ni la pienses! Ábrela y dale ese trago tan soñado. Al menos, esto es lo que recomienda, Luca Gatteschi. 

Luca Gatteschi, médico oficial de la Selección Italiana de fútbol, es una pistola si hablamos de alimentación y nutrición. De hecho, es Consejero de la Sociedad Italiana de Nutrición Deportiva y de Bienestar, así que le vamos a creer. 

Especialmente si lo que dice es que nos tenemos que tomar una cerveza después de hacer ejercicio, verdad…

Gatteschi alienta a sus jugadores a tomarse una cerveza al finalizar sus entrenamientos ya que contiene grandes cantidades de magnesio, fósforo y calcio, todos ellos fundamentales para equilibrar las sales minerales del organismo después del ejercicio. Además, es rica en vitaminas del grupo B y ácido fólico, que minimizan el riesgo de padecer un accidente cardiovascular.

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Por otro lado, un estudio conjunto entre el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Granada concluyó que la ingesta de cerveza en cantidades moderadas permite reestablecer las pérdidas hídricas del cuerpo tras una actividad física demandante.

Además, la cerveza contiene lúpulo, una sustancia natural antioxidante. En resumen, una lata de cerveza es buena para tu corazón, te ayuda a mantener un nivel beneficioso de colesterol, es antiinflamatoria y contrasta los radicales libres.

Gatteschi especifica que «si se limita a una pequeña cantidad, la cerveza es incluso más válida que cualquier suplemento energético, porque es más completa”. La medida a la que se refiere es a una lata, es decir 355ml. 

¿Acaso hemos encontrado la excusa perfecta para pasar al bar por una cheve después de hacer ejercicio? Puede ser. Pero, que quede claro que solo debe ser una sola cerveza. ¿Podrás?

Fuente: Excelsior / Revista GQ